La vacuna, que se anunciaba a bombo y platillo como la solución a todos los males, o por lo menos al que nos trae de cabeza desde el mes de marzo, se está aplicando, pero no al ritmo que se esperaba. Hasta el momento, sólo se han puesto un 11 por ciento de las vacunas Pfizer que ya han llegado a nuestro país.
De las más de 700.000 dosis que tenemos almacenadas desde hace días, sólo han sido administradas a la población menos de 83.000.
¿A qué se debe? Problemas de distribución entre comunidades autónomas, mala planificación de a quién hay que ponérsela primero, y las vacaciones de Navidad.
Pero la realidad es la que es. Sólo 1 de cada 100 dosis, han sido inyectadas hasta el momento, pero es que además hay que tener en cuenta que para que una persona esté vacunada debe haber recibido dos dosis, con 21 días de diferencia.
Eso quiere decir que a día de hoy, nadie en España, está realmente vacunado porque le falta la segunda dosis.
De hecho, la primera persona que recibió la vacuna, que fue el 27 de diciembre, no recibirá la siguiente dosis hasta el 17 de enero. Por lo que no podemos bajar la guardia, ni siquiera Araceli Hidalgo que a sus 96 años ya superó el pinchazo de la primera dosis y que por tanto tiene la mitad de la vacuna.
Los más optimistas hablaban de que a finales de verano podríamos tener lo que se llama inmunidad de rebaño, un porcentaje importante de vacunados en España, como para ir atajando los contagios, pero a este ritmo esa inmunidad no se espera hasta finales del año 2021 o muy probablemente ya entrado el 2022.