El fundador de Payasos Sin Fronteras y director del Circ Cric, Trotell Poltrona.La cantidad de premios que ha recibido en sus más de 40 años como profesional no le caben en la carpa, porque algunos como el Premio Nacional de Circo, es tan grande que no cabe ni en Internet. Fundador de Payasos Sin Fronteras, se propuso hace más de 26 años que ningún niño pierda su niñez. Nunca imaginó que esa experiencia humanitaria la tuviese que aplicar en su propio país, después de una crisis sanitaria como la que vivimos ahora. Está convencido que «la función social del payaso la vamos a poner de manifiesto al final de la epidemia» y reconoce que «vamos a tenernos que reinventar» porque «no sabemos cuando volveremos a poder reunir a 500 niños para ver un espectáculo».
En casa le querían ver con nómina fija en La Caixa, los Jesuítas de Sarrià le señalaron la puerta de salida, se fue voluntario a la mili 20 meses y tuvo tiempo de enseñar a los reclutas a tocar instrumentos y hasta tocó lo que no suena, ya ha prescrito, pero dicen que hizo alguna trastada poniendo azúcar en el engranaje de los cañones, porque siempre ha tenido muy claro que más útil que un arma es llevar una nariz de payaso en el bolsillo. Tiene la habilidad de llorar por dentro y hacer reír por fuera. Es un títere sin hilos, capaz de contagiar la felicidad.
En su perfil de Whatsapp recuerda una cita de Josep Vicenç Foix:
Viure l’instant i captar les deixes dels somnis” (Vive el momento y captar lo que dejan los sueños).