Unos 400 millones de langostas están sobrevolando desde hace unos días la zona entre Perugorría y Sauce, en Uruguay y en algunas zonas de Argentina. La plaga se encuentra en estos momentos en la zona de Corrientes, Argentina.
La directora de Producción Vegetal, ingeniera agrícola Mariela Pletsch, en declaraciones a Glocal, ha confirmado que no se producía un fenómeno parecido en el lugar desde 1947 y ha aprovechado la ocasión para reiterar que las langostas no atacan a las personas aunque «son grandes, tienen entre 6 y 7 centímetros de largo».
Pletsch ha explicado que «la manga es muy espectacular porque tiene entre 10 y 15 quilómetros cuadrados en vuelo» y que es que esta nube de langostas «empieza a volar con temperaturas en torno a los 24 grados».
Se da la circunstancia que la llegada de estos insectos «tiene que ver con las condiciones climáticas, estamos atravesando una sequía muy fuerte».
En relación a la alimentación y reproducción de las langostas, la Ingeniera Agraria, Mariela Pletsch, ha precisado que «comen todo lo que se encuentran» y ha asegurado que «lo mejor que nos puede pasar es que no produzcan daños en los cultivos» por eso se está alertando a los productores locales para que protejan y mantengan cerrados los invernaderos.
En cuanto a la reproducción de esta especie, los expertos consideran que no se dan las mejores circunstancias para ello pero «vamos a hacer un rastreo para saber si han puesto huevos». Según los estudios realizados «las hembras ponen entre 80 y 150 huevos por postura cada 10 días».
La nube de langostas que ya ha estado en zonas de Bolivia, Uruguay y Argentina también se está trasladando a Brasil.
«Se mueve en función de la dirección del viento. Pasan la noche en un lugar, no se levanta hasta las 10 de la mañana. Para tranquilidad de todos, no perjudican ningún cultivo», explicó la directora de Producción Vegetal. En la zona de Corrientes, en Argentina, nos compartió esta imagen con la geolocalización de los lugares por los que viajó esta nube de langostas.
Mariela Pletsch considera que no es probable que este tipo de nubes de langostas lleguen a Europa debido a las condiciones climáticas del otoño e invierno y ha tranquilizado a la población recordando que «no produce ningún daños a seres humanos ni animales más que las molestias y la curiosidad de quienes nunca vieron este fenómeno».