Irma Moreno es una bióloga gallega que reside en Bergen (Noruega) desde 2013 cuando con su marido, el también biólogo Pablo Balseiro decidieron dejar España para irse a trabajar a Noruega en plena crisis económica. Forman parte de la llamada fuga de cerebros españoles que se fueron a buscar empleo cruzando fronteras muy a su pesar. Ahora, en plena epidemia del coronavirus, reflexiona sobre cómo es su vida en Noruega y cómo ven la situación del país de origen desde la distancia. Moreno reconoce que «es un poco frustrante estar aquí (en Noruega) y pensar en todo lo que podíamos hacer».