El 58% de los europeos tuvo síntomas psicológicos durante más de 15 días encerrados en el confinamiento, con mayores porcentajes en España (69%), Italia (63%) y Gran Bretaña (63%).
Esta es una de las conclusiones de un estudio llevado a cabo por Elma Research Institute durante el mes de septiembre, sobre una muestra representativa de la población en seis países europeos (Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, España y Polonia), para conocer el impacto del confinamiento en la población europea.
Para tal fin, se han realizado entrevistas online con el método CAWI (Computer Assisted Web Interviewing) a una muestra de 1.000 sujetos de entre 19-70 años en cada uno de los 6 países.
De acuerdo con los datos del estudio, durante el período de confinamiento decretado con el estado de alarma entre los meses de marzo a junio, el 58% de ciudadanos europeos revela haber tenido síntomas psicológicos con una duración de más de 15 días, registrándose porcentajes más elevados en España (69%), en Italia (63%) y en Gran Bretaña (63%) -Países donde el impacto del COVID-19 ha sido más fuerte-, así como un porcentaje inferior al 50% en Alemania (47%).
Entre los síntomas mencionados por los participantes, destacan los siguientes: insomnio, trastornos del sueño o despertarse por la noche (media europea 19%, España 25%); falta de energía o debilidad (media europea 16%, España 19%); tristeza o ganas de llorar (media europea 15%, España 21%); preocupaciones excesivas y temores (media europea 14%, España 19%), falta de interés en hacer cosas (media europea 14%, España 15%); ataques de pánico y ansiedad (media europea 10%, España 11%).
La mayoría de los ciudadanos europeos (61%) manifiesta haber tenido al menos dos de los síntomas recogidos en el párrafo anterior; en España, concretamente, esta proporción se incrementa al 69%; asimismo, mientras que en Europa, el 46% afirma haber tenido estos síntomas por primera vez, en España es el 52% de la muestra afirma haber tenido estos síntomas por primera vez (Media europea: 46%), mientras el 31% afirma haber sufrido un empeoramiento de síntomas preexistentes (Media europea: 39%).
Las cifras señalan que en nuestro país, el 74% ha enfrentado esta epidemia paralela de trastornos psicológicos compartiendo sus preocupaciones con su pareja, miembros de su familia y amigos/as íntimos/as (siendo la media europea del 54%), mientras que tan solo una minoría ha recurrido a la ayuda de un profesional: médico de cabecera (Media europea: 18%, España: 19%), psicólogo (Media europea: 11%, España: 16%), psiquiatra (Media europea: 9%, España: 9%). A juicio de los autores del estudio, el limitado acceso a la atención profesional puede depender también de las medidas restrictivas implementadas en el momento del confinamiento.
Con respecto a la búsqueda de información, a pesar de la generalización de los problemas psicológicos, el estudio pone de relieve que solo 1 de 4 personas ha buscado información sobre el tema de la salud mental relacionada con el COVID-19 (Media europea: 26%), con excepción de España (38%) e Italia (35%), donde los porcentajes son superiores. Los medios a través de los cuales se busca información son: principalmente Internet (Media europea: 65% de los que fueron activos en la búsqueda de información, España: 71%), seguido por la televisión (Media europea: 18%, España: 20%) y los médicos de cabecera (Media europea: 18%, España: 15%). En este punto, los autores recuerdan que el contexto al que hacen referencia estos datos es el de una situación de emergencia en la que “el acceso a los médicos de cabecera y otros profesionales de la salud estaba seriamente limitado”.
En relación con la percepción de los problemas de salud, los participantes apuntan al cáncer como la enfermedad más temida en comparación con otras situaciones (Media europea: 66%, España: 76%), considerando que los tumores son ligeramente más graves que los problemas psicológicos (Media europea: 46%, España: 42%).
En España se ha desarrollado una elevada conciencia del riesgo de los problemas de salud mental (82%), (media europea: 76%), admitiendo que todo el mundo, incluyendo ellos mismos, puede experimentar o desarrollar este tipo de trastorno.
El 71% de los españoles (media europea: 64%) reconoce que los trastornos mentales son una fuente de discriminación y marginalización. Se observa un mayor temor hacia el impacto sobre la calidad de vida (media europea: 74%), especialmente la de las parejas (71%).
FUENTE: Infosalus