Para quienes estudian en este plantel educativo de Culiacán es la única forma de continuar estudiando al no contar con dispositivos electrónicos ni internet para seguir las clases en línea.
A pesar de la contingencia sanitaria, en México una escuela ya retomó clases presenciales y a decir de las instructoras que ahí colaboran, ésta fue construida por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Justifican que de no ser por ese rústico plantel, muchos niños y niñas se habrían quedado sin poder estudiar al no contar con un dispositivo electrónico para seguir las clases en línea.
La escuela se encuentra ubicada en la colonia Ampliación Bicentenario al sur de Culiacán, uno de los asentamientos más pobres del estado de Sinaloa, donde la mayoría de sus habitantes se dedican a recolectar cacharros en la basura para luego venderlo a las empresas recicladoras.
El plantel fue construido en recientes días y cuenta con una barda de maya ciclónica, un baño, instalaciones eléctricas, cuatro televisores smart, computadoras, acceso a internet y mobiliario, todo presuntamente financiado por los hijos del Chapo.
Los padres y madres de familia, se organizaron para designar instructoras de la comunidad, quienes además de enseñar, cuidan de los infantes que antes se quedaban solos en casa.
Esmeralda, quien apoya a los niños y niñas con su educación, relató que llevaban mucho tiempo organizándose con los vecinos para crear una escuela, pedían apoyo del gobierno, sin embargo, la burocracia impidió que este llegara, hasta que los hijos del Chapo se enteraron del proyecto y lo hicieron posible.
“Ellos (los hijos del Chapo) vieron notas que salieron sobre las carencias que hay en esta colonia, se acercaron, a través de otras personas, gracias a Dios llegaron a mí. Dios los bendiga por haber llegado a mí, por haber hecho este proyecto que buscábamos hacer desde hace mucho tiempo; estábamos pidiendo el apoyo para televisiones, estábamos buscando pues el apoyo porque teníamos planeado esto, no en esta magnitud, lo pensábamos hacer más pequeño”, dijo para luego añadir:
“No habíamos conseguido la ayuda y pues gracias a Dios se dio ahora con el internet y con la televisión y el internet, pudimos agrupar a más niños porque eran muy poquitos a los que les ayudábamos a estudiar”.
–¿Qué dicen los padres de familia?
Están bien agradecidos porque la mayoría de ellos trabajan en el basurón y aquí vienen y dejan a los niños, mucha gente juzga porque son los hijos del Chapo, pero nosotros no juzgamos, les agradecemos el apoyo, allá está Dios para juzgar.
Quienes más emoción mostraron con las nuevas instalaciones fueron las niñas y los niños que están aprovechando la escuela o, ya que tenían miedo a reprobar el año por no estar siguiendo las clases en línea como la mayoría de sus compañeros.
Aunque ellos desconocen quien les ayudó a construirla y mucho menos el contexto, se sienten agradecidos porque finalmente tienen un espacio para aprender.
«Ahora si ya voy a la escuela”
–¿Contento?, ¿qué dicen tus papás.
Que bien, no sabía casi leer y pues ya voy a la escuela yo, aquí la maestra me está enseñando en la escuela.
–¿Qué estás aprendiendo aquí en la escuela?
“Leer y escribir y todo”, dijo un pequeño de tan sólo 7 años.
“Estoy feliz, porque antes no podía y ahora si puedo (estudiar), le quiero dar gracias a toda la gente que nos ayudó a hacer esta escuela”, expresó una pequeña de 9 años.
De entre los hijos del Chapo Guzmán, los que más influencia tienen en Sinaloa son Jesús Alfredo e Iván Archivaldo, conocidos como «Los Chapitos”, pero también Ovidio Guzmán López, quien el 17 de fue detenido y liberado por el ejército mexicano luego de que sicarios del cártel de Sinaloa sitiaron la capital sinaloense. Hasta el momento se desconoce si fue alguno de ellos quien participó en la construcción de la escuela, ya que se sabe de por lo menos otros 7 hijos de Guzmán Loera.