“No se pueden dar la mano”. Ésta fue la primera advertencia del veterano periodista de la cadena Fox, Chris Wallence, moderador del debate entre los dos candidatos a la presidencia de la Casa Blanca. No es casual que el moderador sea de la cadena Fox, la gran aliada de Trump e imperio del también multimillonario Rupert Murdoch.
Los tres participantes en el programa de televisión visten con traje azúl oscuro y camisa blanca, ambos con el pin de la bandera de los Estados Unidos en el lado izquierdo de la solapa. El público es testigo mudo, sólo autorizado a aplaudir antes y después del debate. Todos los asistentes al debate han certificado antes que han pasado la prueba PCR con resultado negativo y deben mantener la distancia social en todo momento.
Trump y Biden, cuando entran en el escenario ni se miran, este último aparece apretando los puños con el claro mensaje de que vamos a ganar, mientras el candidato a la reelección parece no inmutarse consciente que la indiferencia es el arma más certera en sus manos.
Los dos atriles están separados unos diez metros. El águila apunto de volar sobre la bandera de los Estados Unidos y el mensaje “La Unión y la Constitución para siempre” en la parte alta y central de la escena. Una imagen muy estudiada donde predomina una variada tonalidad de azules, desde el marino y el almirante al celeste. La pared está ilustrada con la Constitución. En el plano del moderador, el fondo es negro.
Biden comienza advirtiendo a sus votantes que viene el lobo y habla de la pérdida de derechos para las mujeres y la atención sanitaria para quienes no puedan pagarse la sanidad privada. Trump le recuerda que él salió elegido por 4 años y enfatiza: “tenemos el Senado y la Presidencia” como el jugador de póker que muestra una Escalera Real de Color en sus manos y sentencia: “El principal problema que tienes es que quieres quitarle el seguro privado a 150 millones de personas” y considera un riesgo absurdo “caer en la medicina socializada”.
El candidato demócrata reclama expandir el Obama Care y pone sobre la mesa las más de 380.000 personas fallecidas por la covid19 a lo que Trump dice que podrían haber sido dos millones si no hubiera enviado a las fuerzas armadas y se accuerda del enemigo, “China no creo que hiciera nada”.
“Señor Presidente, soy el moderador”, le recuerda Wallence cuando Trump se exalta al preguntarle porqué en 4 años no presentó un plan integral como alternativa al Obama Care. Trump presume de haberse enfrentado a las farmacéuticas y de haber conseguido bajar los precios de algunas medicinas. Biden recuerda que, de llegar a la presidencia, no acabará con los seguros privados como le reprocha el candidato republicano y asegura que “todo el mundo sabe que Trump es un mentiroso”.
“El no tiene plan para salud”, dice Biden. “Sí tenemos”, responde Trump
“No tiene nada, no tiene plan y este hombre no sabe de lo que habla”, sentencia el demócrata ante un Trump con el ceño fruncido que gira repetidamente la cabeza negando lo que oye y lanza a su adversario un genérico “en 47 años no has hecho nada”.
En un momento del debate, hablando sobre la epidemia de la covid19 y las medidas que se están aplicando en Estados Unidos, el moderador le pregunta a Trump sobre su negativa a usar la mascarilla y éste responde “la mascarilla está bien, yo tengo una aquí” sacándola de su bolsillo derecho y mostrándola, consciente de que esa imagen dará la vuelta al mundo, pero en el fondo queda la misma sensación de cuando alguien te dice que te va a invitar pero no acaba sacando el dinero de la cartera.
“La gente sabe lo que tiene que hacer: lavar las manos, mantener la distancia social, usar mascarilla … pero hay que abrir los Estados”, asegura el candidato a la reelección Donald Trump e insiste en que puede ser peor mantenerlos encerrados “y vemos lo que está pasando en tasas de alcoholismo, drogas, divorcios. Y es algo muy triste. ¿Y él quiere cerrar todo el país? Este hombre cerraría todo el país y destruiría el país”.
Biden le responde que “a millonarios como Trump, la crisis les ha ido muy bien y algunos han ganado 300 millones de dólares por su propuesta de impuesto y su enfoque continuo en el mercado”, y dicho esto el candidato busca su cámara y se dirije al espectador que sigue el debate desde los pequeños pueblos y que paga los impuestos.
Para el demócrata, es imposible arreglar la economía si antes no se arregla la crisis de la covid19 y lamenta que “no han hecho nada para ayudar al pequeño comercio que ha cerrado”. “Tenemos de nuevo el fútbol y estoy muy complacido de haberlo hecho”, sentencia Trump.
Los impuestos no pagados
Todo lo que tiene Trump está en 118 páginas custodiadas en la Junta Electoral Central. Así se defiende de las noticias publicadas sobre lo que no pagó a Hacienda y asegura que se benefició de los privilegios como empresario a los que pudo acogerse durante el gobierno de Obama.
“Fuiste presidente creando caos”, dice Biden y “Tu fuiste senador”, responde Trump. Así se diluye el debate sobre lo que pagó o no pagó el actual presidente de los Estados Unidos a las arcas de Hacienda.
Biden anuncia nuevos impuestos para las grandes empresas y Trump le augura que “perdería la mitad de las empresas y tendrías una recesión sin igual”.
Cuando Biden vuelve a mirar al país asiático, Trump le lanza un “China se los comió a ustedes y por eso tu hijo recibe millones de dólares por una posición personal” y siguió acusando al hijo de Biden de lucrarse indebidamente. “Es difícil decir alguna palabra con este payaso, perdón, con esta persona”, añadió el candidato demócrata en su defensa y reiteró que estaba demostrado que el actual presidente está desacreditado y sólo dice falsedades.
Y en ese instante, el candidato demócrata vuelve a buscar su cámara e intenta retomar el debate presidencial recordando que “esto no es sobre mi familia o su familia sino sobre vuestra familia, el pueblo americano. Es sobre ustedes, de lo que estamos tratando”.
Algunas “manzanas malas”
“Este hombre no ha hecho nada por los afroamericanos”, sentencia de entrada John Biden al comienzo del tramo del debate en el que deben hablar sobre el racismo en los Estados Unidos. El demócrata señala que la mayoría de los policías son personas buenas pero que “hay algunas manzanas malas” y propone crear un grupo en la Casa Blanca que ayude a tener más transparencia cuando ocurren episodios de racismo o xenofobia.
“Estos policías no están felices de ver lo que le ocurrió a George Floyd, a la señora Taylor. A la mayoría no les gusta, pero debemos tener un sistema donde las personas tengan que responder”.
“Si ve las encuestas, no me ha ido mal en los últimos años”, rebate Trump y recuerda que le apoyan todas las fuerzas armadas americanas porque “creemos en la ley y el orden”. “¿Es una protesta pacífica cuando van por el metro de la ciudad quemando las propiedades?” cuestiona Trump.
Y llega el momento de seguir sacando la ropa sucia de la lavadora. El candidato republicano le recuerda a Biden que su hijo se lucró a partir del momento en que su padre llegó a vicepresidente y éste llega a reconocer que uno de sus hijos, como muchos otros, había tenido problemas con las drogas, pero que ya está felizmente rehabilitado. Y siguen sacando los trapos sucios y continúan los insultos del nivel de “eres el perro de Putin” como llamó Biden al candidato a la reelección.
Las verdades del barquero
“Nunca ha habido un gobierno que haya hecho todo lo que yo he hecho”, asegura Trump mientras saca pecho recordando que recuperó las fuerzas armadas, mejoró las condiciones de los veteranos y anuncia que aumentará a 300 los jueces federales en la Corte de apelaciones y 3 magistrados en la Corte Suprema.
En la recta final del debate llega la pregunta del millón de dólares, propia del manual de un headhunter: ¿Porqué los votantes deben elegirle a usted y no a su oponente? En ese momento sacan del cajón toda la cubertería. Biden asegura que Trump “es el perrito de Putin” y el candidato republicano le recuerda que su hijo “cobró 3 millones de dólares”.
Biden saca entonces su amor de padre para recordar la estrella de bronce que recibió su vástago tras la guerra de Irak. “A ése no le conozco”, responde con desprecio el actual presidente de los Estados Unidos.
Aire y Agua limpia
Preguntados sobre las medidas que plantean para preservar el medioambiente, “la gente está muy satisfecha”, asegura Trump, “porque hay que mantener los negocios. Tenemos la menor emisión de carbono y no estamos destruyendo negocios para tener agua inmaculada y el mejor aire posible. Estamos plantando mil millones de árboles y esto es muy emocionante”.
El actual presidente americano propone vender más vehículos que contaminen menos y explica que “los vehículos son costosos porque tienen computadoras por todo por un poquito más de gasolina”.
Por su parte, Joe Biden anuncia que “vamos a crear una economía que emita menos gases y gastos de petróleo, podemos llegar a cero neto para 2035 y sin perder empleos gracias a una infraestructura que sea verde”. El ex vicepresidente de Estados Unidos recuerda el riesgo de que queden devastados los bosques en Brasil.
En ese cruce de acusaciones, Trump califica de ridículo “acabar con la industria aérea” o “eliminar las vacas” y Biden promete crear empleo en torno a la industria verde.
Y se vuelven a enzarzar en que si “él dijo que eran unos estúpidos” y “eso es mentira, yo no dije eso” como si de una pelea entre colegiales se tratase hasta que el profesor les manda a cada uno a un rincón de la clase a pensar.
Tiritas antes de la herida
Según Biden, no hay ninguna evidencia de que pueda haber fraude en el voto por correo, mientras Trump se apresura a ponerse la tirita antes de tener la herida y se acuerda de “Hillary la retorcida” y la campaña sucia que hicieron contra él.
“Están enviando votos por todo el país que no se han pedido, los están encontrando con el nombre de Trump en los basureros”. El candidato a la reelección asegura que “esto va a ser un fraude sin comparación” y añade que “puede ser que no conozcamos el resultado durante meses”.
Las mujeres, al final
Tres hombres blancos interviniendo durante una calculada hora y treinta minutos hablando sobre los problemas económicos, sociales, raciales y medioambientales de los Estados Unidos y por extensión de todo el mundo.
¿Y la presencia de las mujeres? No las vimos hasta una vez acabadas las intervenciones, en el turno de los aplausos, cuando Melania Trump se dirige al atril para recibir unas palmaditas en el antebrazo de su esposo. Y en el otro lado del cuadrilátero, como en un ring de boxeo, aparece con mascarilla Jill Biden para abrazar efusivamente al candidato demócrata.
Poco antes de apagarse las cámaras, las dos parejas abandonan el escenario. En el caso del matrimonio Biden acercándose a conversar brevemente con el moderador, mientras el matrimonio Trump envia saludos al aire levantando la mano o alzando el dedo pulgar en señal de estar encantados con su participación. Después se apagan los focos y se acaba la función.
Las frases del debate:
Biden: “Debe de salir del búnker y del campo de golf y venir a ayudar a salvar vidas”
Trump: “Es culpa de China, nunca debió haber ocurrido, ellos lo frenaron pero es culpa de China. No sabes cuanta gente murió en China, ni en Rúsia ni en India. No te han dado una cuenta exacta”
Trump: “No importa lo que hagas siempre por las noticias falsas, siempre me dan una mala cobertura. A mí no me importa, yo ya me acostumbré”.
Trump: “Con usted se hubiera perdido más gente”
Trump: “Las fuerzas armadas pueden repartir 200.000 dosis de la vacuna por día”
Biden: “Trump aplica presión contra sus propios científicos”
Trump: “Fuiste de los peores estudiantes de la Universidad, no vengas a hablar de listos conmigo”
Biden: “Por favor, que se calle un momento. Piense en su campo de golf, piénselo”.
Trump: “Él quiere cerrar el país y yo quiero abrirlo”.
Biden: “Trump no se preocupa del pueblo por eso no pide mascarillas a su gente”