El confinamiento mundial al que obligó la pandemia de la covid19 dejó al descubierto la fragilidad de nuestro sistema. Con millones de personas atemorizadas por la rápida propagación del virus y cifras de fallecidos jamás antes imaginadas, unidas a las restricciones a la movilidad de las personas, se creó el mejor caldo de cultivo para la corrupción y la opacidad. Hubo quienes apagaron los radares, quienes sacaron del cajón leyes urbanísticas express, quienes apagaron las alarmas de la seguridad digital y quienes hicieron lo posible para hacer saltar por los aires los derechos fundamentales e incluso devastar nuestros recursos naturales. Este reportaje pretende ilustrar lo vulnerables que somos todos en una situación como la actual, pero también la picaresca y la pericia del ser humano que demuestra, como decía el filósofo Thomas Hobbes, que «el hombre es un lobo para el hombre».
Desde México, Paul Lagunes, profesor asociado en la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia en Nueva York, participó en el seminario El desafío de controlar la corrupción en plena pandemia, organizado por el Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud.
Corrupción que deja sin aire
La compra de respiradores a sobre precio fue una constante en la mayoría de países, pero en el caso de Bolivia, esa operación llevó incluso a la detención y posterior destitución del entonces ministro de Salud, Marcelo Navajas. El periodista boliviano Pablo Ortiz explicó que «se adquirieron 170 aspiradores para ambulancia y no para terapia intensiva por lo que ni siquiera solucionaban el problema».
Según informamos en Glocal, los respiradores que salieron de Barcelona con destino a Bolivia tenían un precio de venta al público de 6.600 euros pero se pagaron por cada uno de ellos algo más de 27.000 dólares, esto es más de 4 veces, su precio real. La empresa GPA Innova, ubicada en Barcelona, confirmaron que se vendieron un total de 170 respiradores, encargados por la empresa vasca IME Consulting, quien finalmente cerraba el acuerdo comercial con las autoridades bolivianas.
Las dificultades para conseguir material sanitario en los momentos más críticos de la pandemia sacaron a la luz estrategias de todo tipo entre los gobernantes tanto en el ámbito local como internacional, desde quien fletó aviones para ir a China a por el material como el gobierno argentino o la compra de material no homologado y que posteriormente tuvo que ser retirado como sucedió en algunas partidas de mascarillas distribuidas por hospitales españoles.
En esa competición entre potencias, la tensión se demostró por ejemplo en la orden que dio el presidente norteamericano Donald Trump al lanzar un twit incendiario exigiendo que la compañía 3M, establecida en Minnesota dejase de exportar sus mascarillas a Canadá y a américa latina y que sólo se distribuyeran en Estados Unidos. Entre tanto, el mundo miraba hacia otro lado.
El fundador y Director Ejecutivo de la organización anticorrupción reAcción Paraguay, David Riveros, en su intervención en el Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud, señaló que «la corrupción dejó de ser abstracta, dejó de ser ese titular o ese artículo sobre lo que se robaba en salud o en educación y se pasó a sentir en el día a día en esa ausencia de capacidad hospitalaria, en la incapacidad de transmitir clases online porque la mayoría de los estudiantes no tiene acceso. La corrupción tomó su propia forma en la pandemia».
Sin luz ni taquígrafos
«Los congresos dejaron de funcionar durante los primeros meses». Así lo subrayó Noel Alonso Murray, Directora Ejecutiva de la Fundación Directorio Legislativo, una organización apartidaria que promueve el fortalecimiento de los poderes legislativos y la consolidación de los sistemas democráticos de América Latina.
Con los gobiernos locales, regionales y nacionales con las puertas cerradas, hubo quien preparó el camino y cuando tuvo oportunidad aprobó de manera express la modificación urbanística por ejemplo de una zona natural protegida. Eso sucedió en la ciudad de Fortaleza, en Brasil.
En pleno confinamiento por la Covid-19, el 8 de julio, el consejo gestor de Sabiaguaba, en Fortaleza (Brasil) dio luz verde a un proyecto que supondría la destrucción de las dunas y de un espacio natural equivalente a 50 campos de fútbol.
Un grupo de jóvenes activistas entre los que hay biólogos, abogados… rápidamente lanzaron una campaña en redes sociales para denunciar el riesgo de destrucción de esta zona natural.
Un video del movimiento Fortaleza pela Dunas se hizo viral, y en poco tiempo se recogieron más de 27.000 firmas y miles de apoyos en redes sociales en lo que fue una manifestación virtual sin precedentes.
Para hablar del tema, conversamos con Bia Azevedo, abogada ambientalista, especialista en derecho ambiental y urbanístico y cofundadora del Instituto Verdeluz, quien nos confirmó que pocos días después el propio alcalde de la ciudad, Roberto Clàudio, anunció en redes sociales que se paralizaba el proyecto.
Radares apagados
Los recursos naturales fueron especialmente castigados durante los momentos más álgidos de la pandemia. A los numerosos incendios, cuyas causas serán difícilmente investigadas, que se produjeron en las zonas de mayor riqueza medioambiental, se sumaron por ejemplo prácticas de pesca claramente ilegales como las que denunciaron en pleno confinamiento algunos grupos ecologistas.
Mientras todos mirábamos hacia los efectos del coronavirus y a nuestros bolsillos, había más de un centenar de pesqueros ilegales en aguas de Argentina arrasando con todo lo que encontraban a su paso.
Conversamos con la coordinadora de la campaña de océanos para Greenpeace Argentina, Lusina Vueso, quien nos confirmó que las embarcaciones tenían los radares de geolocalización apagados y nos compartió las imágenes que corroboraban su presencia en la zona.
Pocos meses después, esta vez desde Ecuador, el coronel Fausto Cobo, vicepresidente del Parlamento andino nos aseguró que 260 barcos de pesca, la mayoría con bandera China, estaban en aguas internacionales frente a las costas del archipiélago de Galápagos, Zona Exclusiva Económica Insular del Ecuador.
El ministerio de defensa de este país desplegó entonces un operativo de medios marítimos y terrestres, para monitorizar a estas embarcaciones y dió orden de intervenir si entraban en aguas de Ecuador. Mientras, el mundo seguía mirando hacia otro lado.
Los estafadores que no vimos
Con el pie cambiado. Así nos pilló la epidemia de la covid19 a buena parte del mundo, especialmente al sector empresarial y al ciudadano o consumidor. En pocos días, pasamos de ir a la oficina a teletrabajar, de acudir a la escuela a conectarse a través de videoplataformas y de acudir al centro comercial a lanzarnos a la compra por Internet como si no hubiera un mañana.
Los dominios maliciosos y el phishing, fueron desde el comienzo de la pandemia las ciberamenazas más utilizadas, según los informes elaborados por Check Point Software Technologies. Los ciberataques más fueron y son dos viejos conocidos como el phishing y la creación de dominios falsos o maliciosos.
Aunque en los tres primeros meses del año se produjo un descenso del 17% mensual en la actividad maliciosa en la red, sólo en la segunda quincena de marzo, las cifras aumentaron drásticamente, alcanzando un pico máximo de 5.000 ciberataques el 28 de marzo, y estableciendo una media diaria 2.600 ataques, sólo en España.
Desde el principio de la pandemia se registraron más de 51.000 dominios relacionados con el Covid-19 (más de 30.100 en las últimas dos semanas de marzo).
“Los cibercriminales siempre buscan capitalizar las últimas tendencias para incrementar el éxito de sus ataques, y han aprovechado la pandemia para lanzar campañas masivas de phishing y beneficiarse del miedo y el hiperconsumo de información relativa al virus”, señaló Eusebio Nieva, director técnico de Check Point para España y Portugal.
COLUMNA DE OPINIÓN:
Muchas redes y pocos peces
Me entero por FACEBOOK que una presidenta regional le envía una CARTA al presidente del Gobierno y recibe la respuesta por CARTA, como en tiempos de los consultorios radiofónicos. Dicen por TWITTER que el presidente del país está dispuesto a reunirse EN PERSONA para HABLAR con la mandataria pues parece mejor que por ZOOM como ya hicieron durante la primera oleada. En YOUTUBE un reputado periodista lamenta que no le cogen el TELÉFONO y que de poco sirvió la campaña que hicieron los INFLUENCERS para los jóvenes a golpe de TIKTOK, mientras el TIMELINE se llena de MEMES con el portavoz de Salud a lo Jacques Cousteau antes de sumergirse en un programa de televisión para demostrar al mundo que en el fondo sus pulmones se recuperaron bien de la covid19 y que si le da la tos, sólo es después de comer alguna almendra.
Pongo la RADIO y avanzan que habrá una RUEDA DE PRENSA que veremos en DIRECTO por STREAMING en la que nadie hará PREGUNTAS porque nos darán todas las RESPUESTAS. Mientras en el grupo de WHATSAPP del colegio sólo hablan del PAPEL en el que los padres autorizan a que le hagan la PCR a los hijos y por TELEGRAM me llegan MENSAJES en rojo de quienes sufren desde que se bajó el TELÓN en los escenarios.
He escrito esto mientras espero para reclamar el cobro de unos servicios que nunca contraté, pero por surrealista que parezca en la compañía nadie me descuelga el TELÉFONO.
Por suerte, a distancia seguimos cruzándonos con humanos que a pesar de la mascarilla RESPIRAN.
Ayer me encontré con una funcionaria recién jubilada a sus 60 años y con ansias de viajar.
Le pregunté
- ¿Qué es lo primero que has hecho en tu nueva vida?Algo que siempre me llena de curiosidad. ¿Cómo debe ser la vida justo antes del Más allá?
- Pues mira, he puesto una ALARMA en casa porque tengo MIEDO.
Después, mientras el mundo seguía girando, llegó el SILENCIO.
FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Jesús Abad
Imagen captada en el Park Güell de Barcelona durante el Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España, sin turistas, mientras el mundo miraba hacia otro lado.
Para la realización de este reportaje se han recogido testimonios desde Brasil, Ecuador, Argentina, España, México y Paraguay.
Agradecimiento especial al Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud.