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No es fácil lo que voy a explicar y lo he pensado mucho antes de darle al Enter. Después de ver lo sucedido en un Colegio Mayor de Madrid. Quiero decir que no es un caso aislado. Y como dicen ahora en Twitter … Abro hilo.

En 1991, llegué a Valencia para estudiar Periodismo. Me faltaban 8 centésimas para entrar en la UAB, la más próxima a mi ciudad, Barcelona. Con 18 años y sin haber salido nunca de casa, mis padres pensaron que hacer el sacrificio de pagar un Colegio Mayor podría garantizar que comiera y durmiera bien cada día en una nueva ciudad. Llegué a un Colegio Mayor en Valencia. Lo primero que nos dijeron era que las novatadas estaban prohibidas.

A las pocas horas, comprobé que era mentira. Los veteranos aguardaban para el ritual de bienvenida. Primero, bautizarte con el apodo más humillante con el que todo el colegio te conocería hasta la Fiesta del Novato en que pasarías a ser veterano y así seguiría la rueda.

Negarse tenía consecuencias terribles como no poder dormir el resto de días por las represalias de los veteranos. La mayoría eran niños bien, de familias ricas e influyentes de Albacete, Alicante, Teruel, Granada, Madrid …

También, como en el caso de Madrid, había una residencia de chicas enfrente. Uno de los primeros encargos fue enviarnos a los nuevos novatos a convencer a las colegialas para que les saludaran desde la ventana y les enviarán un beso. No podías volver a tu habitación hasta que no lo lograras.

De madrugada, con todas las luces apagadas, la comunicación entre veteranos y veteranas de ambos edificios se realizaba formando letras invertidas moviendo el flexo de la habitación a gran velocidad sobre el cristal de la ventana. Dependiendo de los mensajes y las respuestas, todos aplaudían y encendían las luces de sus habitaciones o subían y bajaban persianas, igual que ese día hicieron desde el Colegio Mayor Elías Ahúja hacia el Santa Mónica.

Los gritos y mensajes groseros y humillantes hacia las personas no son invención de nuestros días, ya existían mucho antes de Internet y me atrevo a asegurar que incluso antes de que se inventara la rueda.

El colegio en el que estaba era y es mixto y el trato de veteranas y veteranos sobre los y las nuevas era y es parecido. A partir de ahí, novatadas de lo más macabras, humillaciones, duchas de agua fría de madrugada, lanzamiento de gatos en paracaídas desde una décima planta, reflejos con espejos del baño a los coches que circulaban, envío de novatas a limpiar los cristales de El Corte Inglés …

Rescate de objetos con la boca del lavabo en lo que llamaban «el submarino», jugar al «huevo gol» que hacer un uno contra uno en ropa interior sobre el suelo deslizante de una habitación fregada con aceite usando huevos a modo de pelota, lanzamiento de bolas de papel mojado a la cara de los novatos que debían saltar alternativamente tras las duchas, trato de usted y humillaciones en público…

Micrófonos ocultos conectados a un pequeño emisor de FM que podían escuchar todos a través de la radio. Obligar a «tirarse a una rubia», una moneda de peseta colocada sobre la cama …y muchas más ocurrencias de los veteranos más adictos al alcohol y a las anfetaminas y capaces de repetir hasta cuatro veces el primer curso de la Universidad «porque mis padres lo pagan».

Y así celebraban los suspensos y competían a ver quién suspendía más asignaturas. El sometimiento de veteranos a novatos era imparable hasta el día que tenía lugar la llamada Fiesta del Novato. Ese año, nos obligaron a disfrazarnos de fichas de dominó y en el escenario nos lanzaron hasta caer todos, empujados por un veterano elegido para hacer los honores en un auditorio donde se superaba con creces el aforo permitido.

Primero me negué a participar pero para evitar más represalias, acepté disfrazarme y acabar con la pesadilla. El castigo por mi rebeldía fue llevar la ficha del 6 doble. También hubo la entrega de Òscars con premio, por ejemplo, a un novato gay por … «El cielo se equivocó», en una discoteca repleta de gente y alcohol.

Y todo esto con el beneplácito de la Dirección del Colegio Mayor. Han pasado más de 30 años. Hoy algunos son políticos, arquitectos, ingenieros … pero hicieron cosas tan atroces y vergonzosas como las que hoy nos indignan a todos. Y lo de Madrid, no es ni será un caso aislado.

Y me preocupa pensar quiénes son y quiénes son sus familias, porque se los van a encontrar nuestros hijos y nuestras hijas, nos los vamos a encontrar en despachos y cargos relevantes. A algunos de aquellos, les he seguido la pista y efectivamente ocupan cargos directivos a pesar de haber sido los peores estudiantes de su promoción.

Y lo siento, por si alguien se siente ofendido u ofendida. En la imagen de este artículo, podéis ver a los veteranos y a los novatos. La sonrisa de los veteranos parecía natural, la de los novatos fue forzada. Hoy los telediarios me han removido el cuerpo. Espero que haya más gente que se sume a este #MeToo

Por Jesús Abad

Periodista multimedia desde 1996

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