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Con el cierre de las escuelas debido a la epidemia por covid-19, unos 1.200 millones de alumnos se quedaron confinados en casa y en algunos casos volvieron a la calle. Todos los que pudieron se enfrentaron a la educación a distancia, aunque según UNICEF las dificultades para el acceso a equipos tecnológicos podría abrir aún más las heridas de las desigualdades sociales marcadas en el aprendizaje.

El Jefe de Educación de UNICEF, Robert Jenkins, afirmó que “El acceso a la tecnología y a los materiales necesarios para seguir estudiando mientras las escuelas permanecen cerradas es notablemente desigual. Del mismo modo, los niños que no disponen de ayuda suficiente para estudiar en casa apenas tienen medios que faciliten su educación. Es fundamental proporcionar una diversidad de herramientas educativas y ampliar el acceso a internet para cada escuela y para cada niño”. Según Jenkins, “antes de la COVID-19, la educación ya estaba en crisis. Ahora nos encontramos ante una crisis educativa cada vez más profunda y que puede crear aún más divisiones”.

Las heridas que está dejando la epidemia del coronavirus en la infancia y en la adolescencia tardarán mucho en cicatrizar. Si bien es cierto que lo más comentado es la brecha digital no hay que olvidar que con las clases virtuales se pierde mucho más que la mera transmisión de conocimientos.

Las otras brechas

El venezolano Elías Haig, de 14 años de edad y autor del blog Noción de la procrastinación fue uno de los participantes en el seminario Niñez y adolescencia que sobrevive a la crisis de Covid19 organizado por el Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud. Este joven activista recordó que «las escuelas son muchas veces vehículos de detección del maltrato. Supongamos que a un niño los padres lo maltratan en casa y un maestro puede darse cuenta de ese problema y tomar medidas pertinentes. Lo mismo sucede con los amigos de ese alumno porque en el ambiente escolar la interacción entre los alumnos es mucho más directa».

Sobre los efectos del cese de los colegios durante el último trimestre del curso debido a la epidemia, el Director Ejecutivo de #REDIM (Red por los derechos de la infancia en México, Juan Martín Pérez, añadió que «el cierre de escuelas afectó el seguimiento de vacunas, la posibilidad de dar cuadros de salud preventivos para niños y niñas, pero incluso también está afectando al seguimiento del tratamiento de casos de cáncer».

Por su parte, la periodista Irene Caselli, de The Correspondent, lamentó que «la epidemia está evidenciando todos los sistemas que ya antes estaban en un equilibrio muy precario» y señaló que los principales problemas son los salarios bajos de los profesores en la mayoría de países y el escaso enfoque político a mejorar los recursos en las escuelas.

Algunos datos. En 71 países de todo el mundo, menos de la mitad de la población tiene acceso a internet. A pesar de esta disparidad, el 73% de los gobiernos de los 127 países objeto del informe están utilizando plataformas en línea para ofrecer servicios educativos mientras las escuelas siguen cerradas. En los países de la región de América Latina y el Caribe que fueron objeto del informe, el 90% de las respuestas del gobierno para dar continuidad a la educación incluyen plataformas en línea.

En la mayoría de los países de África, menos de una cuarta parte de la población cuenta con acceso a internet.

Los datos de UNICEF relativos a 14 países revelaron que los niños en edad escolar que disponen de acceso a internet en su hogar poseen capacidades básicas de lectura más avanzadas que los niños que carecen de acceso.

Esos problemas de comunicación entre los docentes y el alumnado, que quedó relegado a un mero acompañamiento psicológico a través de video llamadas resultó ser insuficiente con el paso de los meses y la imposibilidad de regresar a las aulas. Y a esa situación, se agravó además dependiendo del contexto familiar de la población frágil y especialmente vulnerable, la de quienes se encontraban en un país diferente del de origen.

Buscando nuevas puertas

Con las fronteras cerradas, con aviones en tierra y barcos amarrados no nos quedó otra que tirar de vídeo llamadas para saber cómo estaban familiares y amigos. La preocupación aumentó aún más cuando esa otra parte de nuestro vínculo familiar está al otro lado del mundo. Hay muchas situaciones diferentes, como la incertidumbre que viven quienes prácticamente acababan de llegar a su nuevo destino y sin tiempo para deshacer las maletas vieron cómo sus sueños se desvanecían como un castillo de naipes. Las circunstancias obligaban a reinventarse, a buscar nuevas puertas que se abrieran aunque no pensáramos encontrar la llave para hacerlo. En esta ocasión nos centramos en las mamás que residen en países diferentes a los de su origen y que están llenas de dudas y de miedos desde que aterrizaron en el nuevo destino.

Erica Mirochnik, psicopedagoga argentina y consultora en expatriación, vivió en el extranjero junto a su familia durante 22 años, en ciudades como París, Montreal y actualmente reside en Nueva York. Desde su domicilio en Brooklyng nos explicó que «las mamás expatriadas conviven con la incertidumbre de no saber si podrán volver pronto a ver a sus familiares en el país de origen y las dificultades para hacerse cargo de los niños en edad escolar con las dificultades adicionales que conlleva un confinamiento familiar«, muchas veces en viviendas donde es imposible el aislamiento ante un contagio por covid19.

Vídeo entrevista a Erica Mirochnik, psicopedagoga

En relación a las responsabilidades como madres y circunstancialmente como docentes improvisadas, Mirochnik explicó que «para cada edad, la situación es diferente. En algunas casas, es posible que cada uno se vaya alternando los horarios para poderse ocupar de los hijos y del trabajo, aunque cada caso es diferente».

En pleno confinamiento, recomendó «planificar el día de manera que todos en casa hicieran tareas para estar el mayor tiempo posible ocupados».

Desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, los sistemas educativos de muchos países se transformaron rápidamente para proporcionar a los niños educación a distancia aunque con notables diferentes de unos países a otros. Algunos ejemplos son los siguientes:

En algunos países de África Occidental y Central, como Côte d’Ivoire, Nigeria y la República Democrática del Congo, los gobiernos están trabajando con los proveedores locales de servicios para proporcionar educación a los niños en edad de asistir a la escuela primaria y al primer nivel de secundaria, ya sea por internet o a través de la radio, la televisión o en formato de papel.

En Timor-Leste, el programa de educación a distancia “Eskola ba Uma”, o “La escuela va a casa”, permite a los niños seguir estudiando a través de plataformas de internet, la televisión o la radio. Para quienes no tienen acceso a ninguna de estas opciones, UNICEF se asoció con Telenor en las zonas rurales con el fin de proporcionar acceso gratuito a materiales educativos a 600.000 usuarios de teléfonos móviles.

En Somalia se ofrecen clases grabadas que pueden verse sin necesidad de conexión a internet a través de tabletas alimentadas por energía solar que se están poniendo a disposición de los niños.

Los vídeos de las clases también se comparten en los canales de redes sociales como WhatsApp y Facebook, y se están retransmitiendo por la radio y la televisión.

En Mongolia, la televisión ha sido el principal medio para la educación a distancia. UNICEF ha trabajado con el gobierno para producir clases por televisión para los niveles de preescolar y primaria en los idiomas tuvano y kazako, con el fin de llegar a los niños de las minorías étnicas. Además, UNICEF ha trabajado con el gobierno local para crear materiales educativos que no requieren conexión a internet, a fin de promover la educación de los niños en edad de asistir a la escuela primaria de las zonas remotas que cuentan con acceso limitado a la televisión y/o a internet.

En Kirguistán, los niños pueden acceder a la educación a distancia a través de plataformas en línea, tres canales nacionales de televisión y dos aplicaciones móviles gratuitas. Además, UNICEF ha fomentado la elaboración y la distribución de contenidos para los niños con necesidades educativas especiales asegurándose de que todas las clases de educación a distancia están disponibles en lengua de señas. También se están facilitando subtítulos para todas las clases en los idiomas minoritarios uzbeko y tayiko, con el fin de que ningún niño se quede atrás.

En Uruguay, la alianza entre Plan CEIBAL y la empresa de telecomunicaciones ANTEL ha proporcionado acceso a todos los contenidos educativos del gobierno sin consumo de datos.

En Jamaica, el Ministerio de Educación está ofreciendo clases de todos los niveles a través de la televisión pública nacional, la radio, las plataformas de internet y WhatsApp. Además, se está trabajando para organizar el acceso a tabletas con conectividad y contenidos para 210 de los estudiantes más vulnerables, con el fin de facilitarles los estudios.

En México, a través de la estrategia del gobierno “Aprende en casa” se están proporcionando servicios educativos a larga distancia a través de la televisión nacional, la radio y los canales digitales. Los programas se basan en el plan nacional de estudios.

En Bangladesh, UNICEF, el gobierno y el programa Access to Information (a2i) han permitido que los niños de los niveles de primaria y secundaria tengan acceso a las clases a través de vídeos que se emiten por televisión.

En Vietnam, se han eliminado algunos exámenes y módulos del plan de estudios y otros se han aplazado hasta el próximo año escolar para permitir que los estudiantes se pongan al día de los contenidos educativos durante todo el curso que viene, minimizando así la presión académica y el estrés psicosocial.

El caso de España

9 de cada 10 hogares tienen acceso a Internet, en el caso de hogares con niños, ese porcentaje asciende al 97%, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

La realidad de los hogares con ingresos más bajos, de 900 euros mensuales o menos, es distinta porque el 9,2 por ciento de los hogares con niños carecen de acceso a Internet, lo que representa que en España hay cerca de 100.000 hogares con niños en los que no se pueden conectar a la red y que por lo tanto se han visto aislados a la educación online durante el confinamiento.

El Ministerio de Educación ha promovido diversas iniciativas y recursos online para facilitar el acceso de la enseñanza a los niños y niñas de las ediversas edades, pero siempre partiendo de la base de que se pudieran conectar a Internet. Por ejemplo, se ha establecido un listado de enlaces a los llamados Profes en casa donde poder atender las explicaciones grabadas por los maestros de diversas materias.

TVE emite clases en su programa matinal Aprendemos en casa a modo de tutoriales estableciendo franjas horarias de acuerdo a las edades de los alumnos, una iniciativa dirigida a niños y niñas de 6 a 16 años.

Cada comunidad autónoma ha ofrecido recursos para hacer frente a la obligada nueva manera de impartir los contenidos. Algunas escuelas y ayuntamientos han cedido tablets a los alumnos que no disponían de ese material, pero desde diversas instituciones se ha reconocido que ha sido imposible llegar a todos.

Educación en tiempos de COVIC-19

Unos 300 profesores de más de 20 países de todo el mundo participaron en el Ciberencuentro Mundial de docentes organizado por Scholas. una Organización Internacional de Derecho Pontificio, con sedes en Argentina, Ciudad del Vaticano, Colombia, España, Haití, Japón, Italia, México, Mozambique, Panamá, Paraguay, Portugal y Rumanía.

Durante más de 3 horas debatieron sobre la realidad actual de la educación en el ámbito del COVID-19 y lo que vislumbran para los próximos tiempos. Según explican en su portal Scholas «todos coincidieron en la necesidad de que los profesores se encuentren en este tipo de espacios de diálogo para acompañarse e intercambiar experiencias para enfrentar juntos esta crisis. Las palabras más escuchadas fueron creatividad, flexibilidad, responsabilidad, tiempo, empatía, solidaridad, aprendizaje colaborativo, esperanza y oportunidad».

Lecciones de una epidemia

Profesor de ética, filosofía, latín, religión y literatura en el colegio marista de Segovia (España), Sergio Calleja asegura que ejerce la profesión más bonita del mundo. Le ha dicho a sus alumnos que lo están haciendo bien, en relación a la cuarentena por la epidemia del coronavirus, y nos recuerda que «vivimos un tiempo privilegiado para aprender». 

Video entrevista al profesor Sergio Calleja

En una emotiva carta dirigida a sus alumnos en el que calificó «el curso de los abrazos rotos», Calleja les recordó que «independientemente del contenido repasado y aprendido, tuve claro desde el primer día que esto no era lo importante, espero que hayas aprovechado este tiempo para crecer en responsabilidad, autonomía y gestionar mejor tu tiempo, entonces, habrá merecido la pena».

Con el aula a cuestas

En ese empeño de cerrar las heridas que deja la brecha digital y la desigualdad social, en Guatemala, encontramos un maestro ejemplar. El profesor Gerardo Ixcoy, ante la imposibilidad de reunir a sus estudiantes en el aula debido a las medidas decretadas por la epidemia, decidió adaptar un triciclo como aula móvil y acudir a los domicilios de los alumnos que no podían seguir las clases a través de Internet.

El profesor Gerardo Ixcoy, ante la imposibilidad de reunir a sus estudiantes en el aula debido a las medidas decretadas por la epidemia, decidió adaptar un triciclo como aula móvil y acudir a los domicilios de los alumnos que no podían seguir las clases a través de Internet.

El maestro recorre cada día muchos quilómetros de la población de Santa Cruz del Quinché, en Guatemala, para impartir sus lecciones presencialmente pero guardando la distancia social.

Según el Canal 4 TCN, el docente conocido popularmente como «Lalito 10» preparó el triciclo con un techo, una pizarra y una vara con la que demarca la distancia a la que debe situarse el alumno. Cada día atiende a ocho alumnos.

Gerardo Ixcoy recuerda cómo surgió la propuesta al ver cómo la brecha digital distanciaba cada vez más a algunos de sus alumnos, de familias más humildes y con riesgo de exclusión.

«Por la necesidad que estamos pasando, por la crisis, la necesidad que tienen mis chicos de no contar con las herramientas tecnológicas, de no contar con el internet, me preocupé bastante porque cuando suspenden las clases, no vi respuestas de la mitad de mi clase a las tareas que se estaban enviando. Y dije, ¿qué estará pasando? Tenía miedo a que hubiera una deserción escolar, y todavía tengo miedo de que haya una deserción escolar”

Santa Cruz del Quiché es una localidad de unos 35.000 habitantes a unos 160 quilómetros de Guatemala. EL «Pofre Lalito» recorre cada día algunas de sus calles para dar las clases personalizadas a sus alumnos demostrando su vocación y voluntad de ayudar a los que más dificultades están pasando con esta epidemia mundial.

COLUMNA DE OPINIÓN:

Volver sin haberse ido

¿Es demasiado pronto o demasiado tarde para volver a clase? ¿Hay necesidad de volver para despedirse y tener un acompañamiento psicológico de profesores y compañeros? Son preguntas de difícil respuesta, pero la realidad es que en muchos países se volvió a las aulas de una u otra manera.

En algunas escuelas, por ejemplo, sólo regresaron al colegio algunos alumnos, los más pequeños que sus padres tenían dificultad para conciliar su vida familiar con el trabajo al que regresaron, los del último curso de educación primaria que estaban cerrando un ciclo y se quedaron sin viaje de fin de curso y aquellos que tuvieron más dificultades para acompañar las clases virtuales y para seguir el ritmo de los compañeros, además de los padres que acudían para formalizar trámites burocráticos de cara al próximo curso.

La combinación entre las clases virtuales y presenciales parece que será la tónica general a partir del nuevo curso, pero en realidad nadie se atreve a asegurarlo, porque sigue habiendo muchas preguntas ¿cómo? ¿repartiendo alumnos por los pasillos, en la biblioteca y en el patio? ¿aprovechando otras instalaciones municipales? 

Mientras los responsables de educación locales y nacionales trabajan desde sus despachos en diseñar cómo será el nuevo curso, vamos a conocer cómo se está empezando a aplicar en algunos países el regreso a las aulas. Hay expertos que señalan la importancia de medir bien los tiempos ante el peligro de reabrir las escuelas demasiado pronto.

El profesor de filosofía, Sergio Calleja, ya nos adelantaba durante el confinamiento, la gran oportunidad que teníamos para repensar la educación.

Las que ya han abierto de nuevo sus puertas, aunque sea para pocos alumnos y profesores, están tomando medidas de prevención para evitar riesgos de contagio porque el virus aún no se ha ido y el miedo también sigue entre nosotros.

Mamparas de protección en consergería y oficinas, papeleras de pedal, accesos a puertas automáticos, dispensadores de gel que se activa sin necesidad de accionar ningún botón, guantes, mascarillas, señalización vertical y horizontal para delimitar y recordar que hay que mantener la distancia social. Hay escuelas que las aplican todas pero también las hay que abrieron las puertas y están exactamente igual que cuando se decretó el estado de alarma.

Y queda la sensación de volver sin haberse ido.

FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Jesús Abad

Imagen captada a las puertas de una escuela pública durante el confinamiento decretado por el Gobierno de España.

Para la realización de este reportaje se han recogido testimonios desde Estados Unidos, Venezuela, Grecia, México, Guatemala y España.

Agradecimiento especial al Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud y a UNICEF.

Por Jesús Abad

Periodista multimedia desde 1996

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